El trabajo de perito calígrafo ha pasado casi siempre inadvertido, pero debido a lo acontecido en el panorama político, esta profesión ha resurgido, llamando la atención de muchas personas.
La inmensa mayoría de los peritos calígrafos trabajan en la policía científica. El
título de perito calígrafo judicial homologa para resolver si, por ejemplo, la escritura en manuscritos, firmas... Son falsificaciones. Asimismo, son llamados por la Justicia para dictaminar sobre la autoría gráfica de un escrito.
Las personas que optan a este tipo de curso suelen ser
abogados, notarios, funcionarios de justicia, criminólogos
o detectives. También, podemos encontrar graduados sociales, documentalistas o
profesores.
El máster es el tipo de formación más recurrido para poder ejercer este tipo de trabajo. Además, existen muchos cursos en los que a parte de perito calígrafo, se trabaja con la psicografología.
Un
perito calígrafo examina los rasgos de la
escritura y la presión ejercida al escribir. Además, se puede determinar cuando se ha escrito un documento.
El perito calígrafo no analiza la letra para ver el perfil psicológico del que lo ha escrito, de eso se encarga el grafólogo.
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